martes, 20 de enero de 2015

" UN SITIO BAJO EL SOL "

¿Tenemos todo prohibido, salvo cruzarnos de brazos? La pobreza no está escrita en los astros; el desarrollo no es el fruto de un oscuro designio de Dios. Corren años de corrpción , tiempos de redención. Las clases dominantes ponen las barbas en remojo, y a la vez anuncian el infierno para todos. En cierto modo, la derecha tiene razón cuando se identifica a sí misma con la tranquilidad y el orden: es el orden, en efecto, de la cotidiana humillación de las mayorías, pero orden al fin: la tranquilidad de que la injusticia siga siendo injusta y el hambre hambrienta. Sí el futuro se transforma en una caja de sorpresas
Los fantasmas de todas las revoluciones estranguladas o traicionadas a lo largo de la torturada historia  se asoman en las nuevas experiencias, así como los tiempos presentes habían sido presentidos y engendrados por las contradicciones del pasado.
 La historia del saqueo y a la vez los mecanismos actuales del despojo, aparecen los conquistadores en las carabelas y, cerca, los tecnócratas en los jets, y los infantes de marina, los corregidores del reino, los dividendos de los traficantes y sus ganancias. También los héroes derrotados y las revoluciones de nuestros días, las infamias y las esperanzas muertas y resurrectas: los sacrificios fecundos.




Con el paso de los años, el idealismo y el heroísmo de la juventud: usurpa tierras; funda y multiplica empresas, se hace diputado y trepa, en rutilante carrera, hacia las cumbres sociales, acumulando fortuna, poder y prestigio en base a los negocios, los sobornos, la especulación, los grandes golpes de audacia y la represión. El proceso del personaje se parece al proceso del partido que poderosa impotencia,virtualmente monopoliza la vida política del país en nuestros días. La oligarquía y la tecnocracia no han cesado de elaborar proyectos. Decenas de proyectos, gordos, flacos, anchos, angostos, duermen en las estanterías de los parlamentos de todos los países. No obstante, las excepciones empiezan a abrirse paso. Porque el campo no es solamente un semillero de pobreza: es, también, un semillero de rebeliones, aunque las tensiones sociales agudas se oculten a menudo, enmascaradas por la resignación aparente de las masas. Por ejemplo, impresiona a primera vista como un bastión del fatalismo, cuyos habitantes aceptan morirse de hambre tan pasivamente como aceptan la llegada de la noche al cabo de cada día. Pero no está tan lejos en el tiempo, al fin y al cabo, la explosión mística de los nordestinos que pelearon junto a sus mesías, apóstoles extravagantes, alzando la cruz y los fusiles contra los ejércitos, para traer a esta tierra el reino de los cielos, ni las furiosas oleadas de violencia, los fanáticos y los bandoleros, utopía y venganza, dieron cauce a la protesta social, ciega todavía. El sistema no ha previsto esta pequeña molestia: lo que sobra es gente. Y la gente se reproduce. Se hace el amor con entusiasmo. Cada vez queda más gente a la vera del camino, sin trabajo, donde el latifundio reina con sus gigantescos eriales, y donde reinan las máquinas: el sistema vomita hombres.
 Esta violencia sistemática, no aparente pero real, va en aumento: sus crímenes no se difunden en la crónica roja, sino en las estadísticas, la impunidad es todavía posible, porque los pobres no pueden desencadenar la guerra mundial, pero el Imperio se preocupa: incapaz de multiplicar los panes, hace lo posible por suprimir a los comensales.


 " La historia es un profeta con la mirada vuelta hacia atrás: por lo que fue, y contra lo que fue, anuncia lo que será "



viernes, 16 de enero de 2015

" TEMEROSA ROSA "

¿Cuál de mis yo quieres ver?
Los colores pastel pálido son mejores para los libros, mis azules y verdes, el anochecer,entonces el rojo o el negro y los ojos oscurecidos se transforman....    Tigre, tigre, que ardes brillante en los bosques de la noche,
¿Qué inmortal mano u ojo puede enmarcar tu terrible simetría?
¿En qué distantes profundidades o cielos arde el fuego de tus ojos...?
Las mascaras me ofenden. El precio que pago para tener tu mano en la mía me hace despreciable, tal como tú querías.Cuando las estrellas arrojen sus lanzas y mojen el cielo con lágrimas. ¿sonreirá Él al ver Su obra?
Sin embargo, temo tu naturaleza: está demasiado llena de tu bondad humana para seguir el camino más inmediato. Serás grande... Conozco a esa mujer. La he conocido antes en alguna parte


.
—Shhh. Oh, vamos, no es el momento de perder el tiempo con tonterías. Tenemos una crisis importante en nuestras manos.Tantas mañanas gloriosas he visto iluminar las cimas de la montaña con ojo soberano,besar con rostro de oro los verdes prados,dorar los pálidos arroyos con celeste alquimia... Aun así mi sol brilló una mañana temprano con triunfante esplendor en mi frente; pero, oh desdicha, fue sólo por una hora mía,
antes que la región de las nubes lo ocultara de mí ahora, el amor no es amor que se altere cuando halla una alteración o se doble cuando el extirpador extirpa.
Oh no, es una marca fijada para siempre...

 Una vez más en la brecha, una vez más, o cerca de la pared.
En la paz no hay nada mejor que convertirse en un hombre como la modesta quietud y humildad; pero cuando el estallar del amor resuena en nuestros oídos, entonces imitad la acción del tigre.

"Arrebatadme mi femineidad y llenadme, de la corona a los pies,con la más extrema crueldad"


sábado, 10 de enero de 2015

" GIGANTES EN BLANCO Y NEGRO "

¡Ah!, qué magníficos somos, ¿verdad? Cazadores del Jardín Salvaje. Entonces, vamos a París propuso ella con una leve mueca de dolor en el rostro. La sed, se pasó la lengua por los labios. ¿Sería yo para ella la mitad de fascinante que lo que ella lo era para mí?
Se apartó el cabello de la frente una vez más, y sus ojos se hicieron más oscuros con la intensidad de sus palabras. Esta noche querría saciarme rápidamente y luego salir de la ciudad, internarme en los bosques. Salir donde no hubiera hombres ni mujeres cerca. Perderme donde sólo estuviera el viento y los árboles en sombras y las estrellas en el cielo. Bendito silencio. Acudió de nuevo a la ventana. Su espalda era erguida y estrecha, y sus manos, a los costados, parecían vivas con las sortijas de piedras preciosas. Y, al surgir de los gruesos puños de una prenda de hombre, aquellas delicadas manos suyas parecían aún más finas y exquisitas. Debía estar contemplando las altas nubes envueltas en sombras y las estrellas que titilaban a través de la capa púrpura de niebla vespertina.
¿Para qué contarles nada de mí?  Quizá lo había percibido en ella desde el primer momento, en sus preguntas no formuladas. No pretendo juzgarte. Cruzó los brazos y se apoyó en la ventana.Sencillamente, no lo entiendo. ¿Por qué nos escribías? ¿Por qué nos mandabas regalos? ¿Por qué no cogías ese fuego blanco de la luna y te ibas con él donde te apeteciera? ¿Y dónde querría yo ir? Lejos de todos los que he conocido y amado.





Si sigues tu conciencia, haces lo que quieres. Pero era algo más sencillo todavía. Quería que tuvieras la riqueza que te entregaba. Quería... que fueras feliz..Puedo ver, tocar, oler... . Pero es como si fuera algo que no se puede ver, que no puede afectar a las cosas.
 ¿Y cuánto tiempo crees que te sostendrá ese ver, ese tocar, ese oler y ese beber, si no hay amor, si no hay nadie contigo?
¡Oh!, ¿por qué me molesto en decirte todo esto?. Estoy contigo. Estamos juntos. No sabes lo que era esto cuando estaba solo. ¡No te lo puedes imaginar!Moví la cabeza como para expresar que la idea era increíble. Mis ojos recorrían las joyas y pensé en todos los regalos que había mandado, en la casa de muñecas.¡No! ¡Dios, no!
La miré. Ella asintió ligeramente, como aprobando mi respuesta. Y se apartó los cabellos de la frente una vez más con gesto distraído
Cuando era pequeño, solía hablar de los lugares donde habías estado y me enseñabas grabados y vistas de  Paris. ¿Te acuerdas de aquellos libros de imágenes? Y también tenías diversos objetos, pequeños recuerdos de todos los lugares que habías visitado.
Quiero que vayamos a todos esos sitios. Quiero verlos ahora .Deseo verlos y vivir en ellos. Y quiero ir más lejos todavía, a lugares que, jamás había soñado visitar. Escribiremos nuestros propios cuentos
 La lección que debes aprender de esto es que nada puede destruir lo que eres ahora. Todas las heridas que recibas sanarán. Eres una diosa.
—Y la diosa tiene sed —
  "Yo atravesaba cada noche aquella arboleda, salvando el estrecho puente de madera que cruzaba la corriente"
"De vez en cuando, un ligerísimo indicio de la proximidad de la presencia hacía volver la cabeza"








viernes, 2 de enero de 2015

" SOBERANA DE LAS SEDERÍAS "

Era muy alta; iba vestida de blanco, y embozada hasta los ojos; con sus largas zancadas se movía a una velocidad inhumana por el sendero recubierto de nieve traicionera. En el aire enrarecido de la cordillera, la noche de diminutas estrellas era casi clara; muy a lo lejos, más allá de su poder para estimar la distancia, surgía la maciza ladera plegada, visible en todo su esplendor por encima de la corona de blancas nubes turbulentas. Cada vez que lo contemplaba, sentía que se le cortaba la respiración, y no solo a causa de su belleza, sino porque aparecía tan lleno de significado, aunque allí no existiera ningún significado auténtico.
¿Adorar aquella montaña? Sí, uno podía hacerlo con total impunidad porque la montaña nunca respondería. El viento aullante que le helaba la piel era la voz de nada y de nadie. Y esta grandiosidad accidental e indiferente le provocó deseos de llorar.¡Ah!, ¿qué debían ser las voces colectivas de la tierra, cuyos poderes habían aumentado, inevitablemente, desde la aurora de tiempos inmemoriales?
¿Tenían el poder, mientras permanecían sentados inmóviles, de cerrarse al flujo o de seleccionar de tiempo en tiempo las voces que querían oír? Quizás eran tan pasivos a este respecto como en cualquier otro; quizás eran los irrefrenables clamores lo que los mantenía fijos; quizás eran incapaces de razonar mientras oían los inextinguibles gritos mortales del mundo entero.







Levantó la vista hacia el gran pico escarpado que se alzaba ante ella. Debía continuar. Se embozó más con la ropa que le cubría el rostro. Y echó a andar de nuevo.Y, cuando la senda la llevó a un pequeño promontorio, distinguió al fin su destino. Al otro lado de un inmenso glaciar, al borde de un precipicio insondable. Tenía que levantar los brazos, desafiar las leyes de la naturaleza y su propia razón, levantarse por encima del abismo que la separaba, y descender suavemente sólo cuando hubiera llegado al otro lado de la garganta helada. Ningún otro poder de los que poseía la hacía sentir tan insignificante, tan inhumana, tan lejos del ordinario ser terrestre que había sido una vez. Y así, levantó despacio sus brazos, con consciente elegancia. Cerró los ojos un momento mientras se imprimía el impulso hacia arriba y sintió que su cuerpo se elevaba de inmediato, como si careciera de peso, como con una fuerza desencadenada (aparentemente) por la propia sustancia; y con misteriosa determinación,cabalgó el mismo viento.
Durante un largo rato dejó que las ráfagas la abofetearan; dejó que su cuerpo serpenteara, errara. Subió arriba y más arriba, se permitió desviar por completo la vista de la tierra, y las nubes pasaron volando junto a ella mientras miraba las estrellas. ¡Qué pesados notaba sus atavíos! ¿No estaría a punto de volverse invisible?  «Una mota de polvo ante los ojos de Dios»
Y, como siempre ocurría en tales momentos, el pasado humano apenas resplandeciente, al que se aferraba, parecía, más que nunca, una leyenda que había que apreciar cuando las creencias prácticas se desvanecían. «Que pueda vivir, que pueda amar, que mi carne sea cálida.»