El pensamiento es el recurso máximo del ser humano. Sin embargo, nunca estamos satisfechos con nuestra capacidad más importante. No importa cuan buenos seamos, siempre querríamos ser mejores. Generalmente, los únicos que están satisfechos con su capacidad de pensamiento son aquellos pobres pensadores que creen que el objetivo de pensar es probar que tienen razón, para su propia satisfacción. Sólo si tenemos una visión limitada de lo que puede el pensamiento, nos puede complacer nuestra perfección
en este terreno, pero no de otro modo. La dificultad principal para el pensamiento es la confusión. Intentamos hacer demasiado al mismo tiempo. Las emociones, la información, la lógica, la esperanza y la creatividad nos agobian. Es como hacer malabarismo con demasiadas pelotas. Es una lástima que no exista un auténtico sombrero para pensar que se pueda adquirir en las tiendas.
Considere la utilidad de un verdadero sombrero para pensar.
No me moleste. ¿No ve que estoy pensando? Me agradaría que se pusiera su sombrero para pensar.
Ud. me lee por algún motivo, razón o simple curiosidad todas son validas. Por lo tanto, aquí estoy sentado, pensando, pero antes de apagar la lámpara de mí escritorio.
¿Qué le parece si pensamos intensamente esta cuestión? Hasta ahora, usted sólo me dio repuestas impulsivas. Póngase el sombrero para pensar.
Pensar no es una excusa para no hacer, sino un modo de hacer las cosas mejor. Así que manos a la obra
Por ser tan poco habitual, la intención de convertirse en pensador es muy importante. No recuerdo haber conocido nunca a nadie que realmente quisiera serlo. Lo cual no debiera sorprender a nadie en vista de lo que vengo diciendo. Por otra parte, el deseo de convertirse en pensador implica que aún no se lo es. El humor, el sexo el pensamiento son actividades en las que todos se saben competentes. Ser un pensador no implica tener la razón constantemente. En realidad, quien siempre cree tener la razón es muy posible que sea un pobre pensador (arrogante, sin interés por la investigación. incapaz ver otras alternativas, etc.). Ser un pensador no implica ser inteligente. Ser un pensador implica querer conscientemente serlo esto es mucho más simple que ser un golfista, un tenista o un músico. Por de pronto, no se necesita tanto equipo
Por lo tanto, la intención es el primer paso. Es fácil y difícil al mismo tiempo
La gente reacciona a la sonrisa artificial de las modelos publicitarias como si sus sonrisas fueran verdaderas. Los signos se vuelven realidad. A la máscara sigue la sustancia.
En un nivel más elemental, si intentas escuchar a otra persona, de algún modo pasarás más tiempo escuchando y tu pensar mejorará. Si frunces el ceño conscientemente para pensar, no podrás tomar ninguna decisión hasta tanto lo desarrugues. Y de este modo la decisión que tomes será mejor que una improvisada sobre la marcha. No es lo mismo representar una comedia que una tragedia. Si tienes puesto el disfraz de
payaso, representa al payaso. Cuando lleves el sombrero del villano, haz de villano. Enorgullécete de actuar los diversos roles. El pensamiento comienza ahora a fluir de los papeles representados y no de tu ego. De este modo se trazan los mapas.
Así, finalmente, el ego puede elegir la ruta que prefiera.
Todas las chicas quieren ser actrices y sólo unas cuantas lo logran, a si que las posibilidades de éxito no son muchas. Sin embargo, como algunas personas lo consiguen, puedes intentarlo si quieres.
No es probable que encuentres algún tesoro artístico oculto en la tienda de antigüedades de un pueblo. Pero es verdad, también, que la mayoría de los tesoros artísticos ocultos están en lugares donde nadie espera encontrarlos
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