viernes, 13 de febrero de 2015

" NIEBLA AMARILLA "

¿No han sido puras conjeturas?
No, no; yo nunca hago conjeturas. Es un hábito nefasto. Destruye las facultades lógicas. Lo que a usted le parece tan extraño, lo es sólo porque no ha seguido mi cadena de pensamientos ni se ha fijado en los pequeños datos de los que pueden extraerse importantes inferencias .No puedo vivir sin hacer trabajar el cerebro. ¿Qué otra razón hay para vivir? Mire por esa ventana. ¿Alguna vez ha sido el mundo tan lúgubre, triste e improductivo? Mire esa niebla amarilla que hace remolinos por la calle y se desliza ante esas casas grises. ¿Puede haber algo más desesperantemente prosaico y material? ¿De qué sirve tener talento si no se tiene campo en el que aplicarlo? Los delitos son vulgares, la existencia es vulgar, y en este mundo no hay sitio para lo que se salga de la vulgaridad.
Es de la máxima importancia no permitir que las cualidades personales influyan en nuestra capacidad de juicio. Para mí, un pasajero es una mera unidad, un factor del problema. Las cuestiones emocionales son enemigas del razonamiento claro.Jamás hago excepciones. Una excepción rebate la regla. ¿Ha estudiado alguna vez el carácter a partir de la escritura?
Es clara y uniforme. Un hombre ordenado y con cierta fuerza de carácter
Me senté junto a la ventana con el libro en las manos, pero mis pensamientos volaban muy lejos de las atrevidas especulaciones. Mi mente corría hacia nuestra reciente pasajera..., sus sonrisas, los tonos ricos y profundos de su voz, el extraño misterio que se cernía sobre su vida. Si tenía diecisiete años cuando desapareció su padre, ahora debía de tener veintisiete, una edad espléndida, cuando la juventud ha perdido su arrogancia y se vuelve algo más sensata gracias a la experiencia. Y así seguí, sentado y cavilando, hasta que surgieron en mi mente pensamientos tan peligrosos que corrí hacia mi escritorio y me sumergí con furia en el más reciente tratado de patología.¿Quién era yo?  Para atreverme a pensar en cosas así?  Más valía afrontarlo como un hombre que intentar alegrarlo con simples fantasías de la imaginación.




Era una situación curiosa. Nos dirigíamos a un lugar desconocido con una dirección conocida O bien la invitación era una completa burla, hipótesis que resultaba inconcebible, o bien teníamos buenas razones para pensar que de aquel trayecto podían depender cuestiones muy importantes.La actitud de la señorita era tan
decidida y serena como siempre. Me propuse animarla y entretenerla con anécdotas de mis aventuras ferroviarias; pero, a decir verdad, yo mismo estaba tan excitado por la situación y sentía tanta curiosidad por conocer nuestro destino, que mis relatos se embarullaron un poco. En el día de hoy, ella todavía sigue insistiendo en que le conté una emocionante historia.
Caballero, ha obrado usted bien de principio a fin ––dijo––. Es posible que pueda corresponderle en cierta medida, arrojando algo de luz sobre lo que todavía está oscuro para usted.
Tiempo después me confesó que durante aquel trayecto yo le había parecido frío y distante. Poco sospechaba la lucha que tenía lugar en mi pecho y el esfuerzo que tuve que hacer para contener mis impulsos. Estaba dispuesto a ofrecerle todas mis simpatías y mi amor, como le había ofrecido la mano en el andén. Estaba convencido de que aquel único día de extrañas aventuras me había permitido conocer su carácter dulce y valeroso como no habría podido llegar a conocerlo en muchos años. Sin embargo, dos pensamientos tenían sellados mis labios, impidiendo salir de ellos las palabras de afecto.
Ella se encontraba débil e indefensa, con la mente y los nervios trastornados; hablarle de amor en aquel momento era jugar con ventaja. ¿Era justo, era honorable que me aprovechara de una intimidad que sólo se debía al azar?  Ella podría pensar que yo era un vulgar cazadotes, y yo no podía arriesgarme a que se le pasara por la cabeza semejante pensamiento. Opino que es una de las muchachas más encantadoras que he conocido.  Pero el amor es una cosa emotiva, y todo lo emotivo es contrario a la razón pura y serena.






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