sábado, 15 de octubre de 2016

"PIQUETE DE ENTREVÍAS"

—  ¿Eres el vendedor de palabras?
—  Para servirle respondí desde la penumbra para verla mejor.
—Tú piensas en palabras, para ti el lenguaje es un hilo inagotable que tejes como si la vida se hiciese al contarla.
En cambio yo pienso en imágenes congeladas en una fotografía. Sin embargo, ésta no está impresa en una placa, parece dibujada, es un recuerdo minucioso y perfecto, de volúmenes suaves y colores cálidos, renacentista, como una intención captada sobre un papel granulado o una tela.

Es un momento profético, es toda nuestra existencia, todo lo vivido y lo por vivir, todas las épocas simultáneas, sin principio ni fin.

Descarto las palabras raras y secas, las demasiadas floridas las que están desteñidas por el abuso, las que ofrecen promesas improbables, las carentes de verdad y las confusas, para quedarse sólo con aquellas capaces de tocar con certeza el pensamiento de los hombres y la intuición de las mujeres.

Cansada de recorrer está tierra maldita en guerras inútiles y derrotas que ningún subterfugio podía transformar en victorias.
Observo los ires y venires del mundo, para mi el alma habita en el habito de luz.
El cuerpo es sólo el sitio al que los recuerdos llaman hogar.

— ¿ Qué significa todo esto ? — pregunté
—  Silencio, o te despacho rápido.
—  Las damas de la noche están al otro lado de la vía, donde tienen la música.
—  No te burles, esto es un asalto
— ¿Cómo dices?
Espérame aquí, voy a fuera hacerme muy rico, te traeré regalos, vestidos y joyas de reina.
— ¿Cuantas veces he dicho que no me molestes?
Por favor, saca todo el mundo de la pieza y déjanos solos —me sopló al oído.
— Mejor  así.
Tuve un escalofrío, temiendo que esa justiciera con aureola de santa me dijera que había eliminado intencionalmente a los hijos retardados para facilitar la justicia divina, o que no creía en Dios.
Y que se había dedicado hacer el bien en este mundo sólo porque en la balanza le había tocado esa suerte, para compensar el mal de otros, mal que a su vez carecía de importancia.
Puesto que todo es parte del mismo proceso infinito.

Era la única mujer joven en toda la extensión de esa tierra, quién sólo cruzaba el cerco de las rosas para matar a las liebres, y en esas ocasiones apenas se alcanzaba a vislumbrar el vuelo de su sombrero en medio de polvareda de infierno y un clamor de perros callejeros...

sábado, 1 de octubre de 2016

"LA SANTA TRINIDAD"

El vendedor de hielo. El carro del barquillo.

El vendedor de billetes que una tarde vino a comprarse a si mismo un billete sin regreso.

Corazón tímido en un tren: A las nueve de la mañana pasé ante una Iglesia. A las diez bordeaba el mar. A las doce una ciudad de humo y suciedad. A las dos un bosque de robles y abedules.

Y luego en la plataforma ella: Una radiante desconocida que no me vio. Yo dije: "¿Me atrevo a bajar a por ella?"
Pero me quede en mi asiento buscando un pretexto.
¡O quizá, me hubiera podido bajar!

En su mano, el metal frió, las pesadas bielas, poco manejables, un móvil destello de acero brillo en sus ojos.
El reflujo del vapor, el débil, amargo y rancio olor a ferodo se esparció a su alrededor, reiteración zumbadora de barra y espejo, encaje y traje negro escoces.

Persuadir a cierta pasajera para que ignore el pan y solo se ocupe de los enemigos.
Dirigir la flecha al corazón del único guerrero que podría liberar su sueño.
Desparramar sobre cierta palabra tierna, un olor pestilente y ocre para que sea abandonada por los hombres.

Advertirle a un iluminado del mal de secreta vocación para crear el caos.
Abrir las fauces del amor solo por capricho de los dioses ignorados.

Y ahora el viejo depósito de vagones, la espesura alzada de lenguas; rampas astilladas, corazones pintados de tiza, las ventanas rotas sosteniendo aún sus cristales como colmillos en el bastidor.

El último farol, alumbrado en un quiste de luz.
Purificar el lecho al que nunca podrán llegar una pareja de amantes que se consumen sin poder acariciarse.

Que no me falte la sagrada carne, ni el espíritu que la hace bella; que tu mirada sea siempre el espejo donde me pueda revelar, que jamás jamás me abandonen los dioses de la poesía y los avatares para llegar a ella; que la noche no me niegue nunca sus alas de recorridos alucinógenos y que el día no me aplaste con su esplendente verdad.

Humanidad. A pie o con muletas.....

viernes, 2 de septiembre de 2016

"CLAVEM LUPUS"

     Allí donde hay luz en la grieta, me desafiaste....

Saliendo de las sombras, a la vía oscura, vacía, bajo de la destrozada piedra de balastro.
Sólo tenía en los ojos el acerado brillo de las vías, fijo allí como una marca a fuego.
Como si hubiera golpeado la enorme campana del corazón mismo del silencio

Las vías se extendían ante él.... no en vía doble sino en un único sentido.
Porque inmediatamente después de la bifurcación de las agujas, el último destello de los dientes se extinguía en la herrumbre
(—¡Asustado! !Asustado! ¡No mires!)

Arrancó su mirada de allí, y lanzó unos ojos frenéticos a su alrededor. A la izquierda, la desportillada pared de ladrillos del almacén excluía el oeste y la humanidad, a la derecha y detrás de él, se alzaba el reborde del montón de desechos, delante, el fin de la tierra y el resplandor de los raíles
— ¡Entonces ve! ¡Entonces ve!

¡Corría! Pero ninguna luz lo alcanzó, ninguna llama de fuego intolerable. Sólo, en sus oídos, el hueco chasquido del hierro perduraba.
¡Aquel ruido! Aquel ruido había venido de allí. Todos sus sentidos se tendieron hacía el muelle, lucharon con el silencio y la sombra... ¿Vacía?
Si.... vacía. Sólo sus huecas narices discernían el movimiento en la quietud; sobre el raíl.

El esplendor, amortajado de la tierra, el titán dormido en su guarida, desdeñoso.
Y sus ojos se levantaron y era el último cruce, y más allá, más allá del tren elevado, como en el pozo de occidente, el último borrón de rosa, manchando el tallo del tembloroso y dentellado cáliz de la piedra tensa de la noche, con las heces del día

Espantado, el último nervio aullador sobrevivía a zarpazos...
(Como sobre bisagras, enormes y vacíos espejos se alzaron y oscilaron lentamente quedando cara a cara. Dentro del vidrio delantero, enormes paneles se desplegaron, creando un guiño constante de páginas opacas hasta que un pasillo sin fin se perdió en la noche.)

Y la pared se perdió y era un cuadrado de acera con una huella encima medio verde y medio negra.....

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sábado, 27 de agosto de 2016

" LLAMARLO SUEÑO"

En el sótano de Dios

En una esquina brillando en la luz que se iba,una luz acurrucada, en una habitación desolada, pavimentada de grietas, y pared encalada.

Helada luz dentro de la pupila roja, como la pupila roja del ojo de las tinieblas, la brasa se dilato, giro como una rueda de fuegos artificiales.

Abajo en la oscuridad, oscuridad que honró daba el corazón de la oscuridad, oscuridad indomable.
A cada paso perdía la envoltura del Ser,  y disminuía bajando por el embudo de la noche.

(la voz seguía azotando la nada que fue, negando el olvido)
Y la nada gimotean al verse desolada en la noche.
Y hubiera querido esconderse otra vez.
En el sótano hay una perla.

Y era más brillante que el relámpago más delicado, porque la oscuridad había recogido su resplandor para aquella joya.

Unos dedos bruscos y voluntariosos le tendió las manos, nadando sin moverse en el movimiento de su luz.
No era fría la brasa. Ni abrasadora, sino como si tales las caricias de la eternidad se fundieron y prolongaron en un instante.

(golpeó aquella voz terrible en la altura, calló el martillo predominante)

El horror y la noche se desvanecieron.
Una estrella claveteada del dolor de la conciencia exploto en su interior.

Por primera vez se dio cuenta del aire frío de su pierna desnuda y, de un vago palpitar de su tobillo.
Entonces no era un sueño.
¿Qué había hecho? La luz. No había luz en las ventanas, de arriba....
La pelea. El látigo, el sótano. Leo, las cuentas del rosario...

Luchar por conseguir preeminencia en el cerebro, esperar que la realidad retirase el conocimiento.
¡Una pesadilla!
La liberación estaba en pensar...

Y ahora una astilla... un paso, una escala, un fragmento.
Una mota. Una punta de alfiler. Y ahora la simiente de nada, y en nebulosa nada, y nada.

viernes, 26 de agosto de 2016

"CARBÓN DE ÁNGEL"

Silencio que naufraga en el silencio
De las bocas cerradas de la noche.

«Por azar esa palabra que define lo
que el camino entrega al que anda sin
pasado, sobre el borde, y trata luego
de volver o borrar sus pasos.

Como si desde allí soñaras que la noche
fuese humana, quizá tímida y menos
duradera.

El tren lluvioso de la sangre suelta,
el frágil tren de los que se desangran,
el silencioso, el doloroso, el pálido,
el tren callado de los sufrimientos.

Ahora subes de nuevo, agoniza el carbón
enrojecido, suspira el humo, suspira la
máquina.

Cuenta que tú sangre es más densa,
y que también huiste y hallarte en la
vía buscando el centro de la tierra.

Detenerse en el túnel la larga noche,
solloza. No hay estaciones donde
detenerse, ni paradas previas, si no
es en un repecho o en la estación del
olvido.

Para vivir, basta con un rincón de Paz.
Y el resto seguirá allí, hasta que todas
las luces se van apagando y otras generaciones de extranjeros crean que
en el fondo del túnel.
Se escucha el ruido y la furia antes de
que el silencio sea completo.