Observando lo que va sucediendo, expectante...
en ocasiones invadido por el miedo de saber si estoy recorriendo bien el
camino, acompañado del miedo a estar en el camino adecuado... ¿qué hago con
todo esto? NADA! seguir observando sin más objetivo...
seguir caminando hacia un destino incierto, todo lo que es, es perfecto para mí
en cada momento... y aunque en este momento es incómodo, me mantengo para poder
ver...
Siempre nos podemos encontrar personas que no sepan o no
puedan o no quieran esperar, bajo el pretexto, normalmente, de sus prisas.
Siendo poco adecuadas, nos causan dolor, enfado e incomodidad....
Por mucho que la intensidad emocional te impulse a "enviarlas a tomar viento" y a pedirles que desaparezcan de tu vida.... espérate, espérate y espérate... ¿a qué? ni idea... tu espérate (haz lo que el otro no ha hecho)
Por mucho que la intensidad emocional te impulse a "enviarlas a tomar viento" y a pedirles que desaparezcan de tu vida.... espérate, espérate y espérate... ¿a qué? ni idea... tu espérate (haz lo que el otro no ha hecho)
Recuerda que todo lo que sube baja. Cuando la vida te haga
subir no pierdas nunca de vista tus bases, aquello que realmente es importante,
no lo temporal si no lo que nunca pasa, aquello o aquellos que siempre están
contigo.
El éxito y el fracaso no se mide por tus logros si no por saber hacia dónde se dirigen tus logros y a quien benefician.
A mi cabeza vienen constantemente dos palabras…HUMILDAD y COHERENCIA. La humildad nos sirve para gestionar el ego y saber lo que realmente somos y no creernos lo que en un momento de ebullición podemos o nos gustaría creer que somos. Y la coherencia nos enmarca el camino para escucharnos y a través de ser auténticos, ser nosotros mismos, llegar a la auténtica meta…hacer mi vida sintiéndome en paz, sintiendo paz.
El éxito y el fracaso no se mide por tus logros si no por saber hacia dónde se dirigen tus logros y a quien benefician.
A mi cabeza vienen constantemente dos palabras…HUMILDAD y COHERENCIA. La humildad nos sirve para gestionar el ego y saber lo que realmente somos y no creernos lo que en un momento de ebullición podemos o nos gustaría creer que somos. Y la coherencia nos enmarca el camino para escucharnos y a través de ser auténticos, ser nosotros mismos, llegar a la auténtica meta…hacer mi vida sintiéndome en paz, sintiendo paz.
¡Te he estado
buscando! ¡He venido a París a buscarte! —me obligué a pronunciar esas palabras
y vi. que sus modales y su cuerpo recuperaban su auténtico ser, y extendió una
mano como para pedir la mía, pero, de repente, me empujó hacia atrás haciéndome
perder el equilibrio. Pude sentir la camisa empapada y pegada al cuerpo cuando
me enderecé con una mano tiznada, porque me había apoyado en la pared húmeda.
Ojala pudiera describirte su fortaleza.
Pero algo en mi interior me dijo: "Muéstrale tu propio
poder" Le pegué a la noche, la
noche vacía girando debajo de ese farol, y me quedé mirando a mi alrededor,
solitario y hecho un perfecto idiota. Esto era una prueba de alguna clase, lo
supe entonces, aunque conscientemente fijé mi atención en la calleja oscura, en
el vacío de los portales, en cualquier sitio donde pudiera haberse escondido.
Hubiera dado el mundo para satisfacerla, el mundo que ahora
poseíamos, que al mismo tiempo parecía vacío y eterno. No obstante, me sentía
ofendido por sus palabras y sus ojos, y ninguna explicación —que me pasaban y pasaban
por la cabeza, incluso en mis labios con susurros desesperados cuando dejé la rué St.
Michel y entré más y más profundamente en las callejas más oscuras y antiguas del
Barrio Latino, ninguna explicación parecía calmarme cuando imaginé su propia
insatisfacción o mi propio tormento.
Por último dejé las palabras, excepto un cántico extraño.
Estaba en el silencio negro de una calleja medieval, y ciegamente seguí sus bruscos giros,
reconfortado por la altura de sus angostos edificios que parecían capaces de
caerse en cualquier momento, cerrando la calleja bajo las estrellas
indiferentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario