Caluroso día de verano en una encantadora ciudad costera,
donde sus aguas exquisitas refrescaban el abrasador calor de sus conciudadanos,
el placer de sumergirse en sus aguas cristalinas de color verde turquesa donde
se refleja el alma.
Finalizado el
trayecto del recorrido, con el expreso “Sol de Levante” sin novedad ni demora
alguna, estacioné en depósito la locomotora
Me dirigí al hotel donde éramos alojados el
personal de conducción, no dude en cambiar el traje por las chanclas, bañador
y por supuesto mi camisa de seda blanca,
mí libro de mi autor preferido; y taxi
por favor a la playa de San Juan.
En unos minutos estaba en esa maravillosa playa donde las
bellezas tostándose al sol superaban al agua caprichosa, teniendo en cuenta la
alta temperatura por esas latitudes.
Una vez refrescado
por las aguas cristalinas, me acerque al chiringuito que tenía por costumbre
acudir, donde lo regía una belleza rubia y cuerpo de sirena.
¿ Hola moreno, otra vez por aquí ..?
¡ Hola preciosa contesté ¡ Una cerveza por favor-- quiero
refrescarme, ya sabes, los sedientos se dirigen a tu encantador oasis donde tu
belleza refresca toda alma sedienta, reímos a la vez, era su estimado cliente y
ella mi adorable sirena
Así transcurrió el día entre baños de agua, raciones
exquisitas y miradas de complicidad entre los dos, me dio una invitación para
la disco de la noche. ¡Lástima nena
tengo regreso está misma noche con el expreso ¡
¿ Oh que pena exclamo ? No te preocupes nena volveré, otra vez las risas y una despedida de ensueño!
Una vez acoplada mi locomotora de la serie 333 en la cabecera del
convoy concluidas las pruebas de frenado, señales, y revisando el material
remolcado, el primer vagón era el de
camas, seguido por literas, 1º clase, restaurante y 2º clase.
Viajeros que se dirigían al norte del país, la gran mayoría regresando
de vacaciones y otros por diferentes motivos, éste expreso recorría una extensa
geografía.
Vía libre, señal de salida abierta, toque de silbato del
factor de circulación, al cual le respondí con otro más prolongado sobre todo
para aquellos viajeros más despistados
Una vez santiguado como era de costumbre antes de cada
inicio de viaje, y dar los primeros puntos de tracción para una salida suave
pero progresiva
Establecí la
velocidad consigna de itinerario, está era de 120Km/h, todo transcurría con
toda normalidad, el paso por las estaciones dejando un
rastro de polvo como si pasaran diez mil caballos generosos, a galope
tendido, los mismos caballos que disponía mi locomotora era papel mojado en
realidad lo que tenía que remolcar, almas repletas de sueños y melancolías
Seguía concentrado en la conducción, también recordaba mi
bella sirena.
Octavo punto de tracción, velocidad máxima observé el
manómetro en el pupitre de conducción, freno del tren 5`5kg, disminuye de forma progresiva.
Solo podrían darse dos circunstancias, bien un desacople de las mangueras de continuidad , o algún viajero desde cualquier departamento habría activado la alarma
de emergencia.
Poco a poco freno el convoy, no podía recuperar la presión
de aire, una vez detenidos en plena vía miré por el espejo lateral, observé al
interventor en ruta haciendo señales corriendo hacia la locomotora, algo y no muy
bueno me debía de comunicar, mi primera
reacción fue coger el teléfono de socorro, ávidamente observe que había
un poste de teléfono de socorro..
¿ Qué pasa exclame, quién fue el gracioso..?
--No, no, se enfade maquinista pronuncio,
Hay una señora embarazada rompiendo aguas y de parto….
Qué por Dios, De que me estás hablando…
( En aquellos tiempos no existían móviles ) Has preguntado si hay algún médico, sanitario
entre los viajeros, no hay nadie me respondió……
Tenía que ir al citado departamento para desbloquear la
alarma y recuperar presión de frenado,
y encontrarme mi primera escena, de un
parto en mi vida, Dios mío…
Corrí hacía el departamento, en aquellos momentos era la
máxima autoridad en plena vía, debía ser ágil y socorrer a la parturienta, en verdaderos
apuros.
Me encontré la escena líquidos, sangre y gente alrededor,
pregunté por su estado, y desalojar a los curiosos viajeros, viajaba en 2º
clase
Ordené a las azafatas que la trasladaran al coche cama en el
acto y que no le faltará sabanas, agua..
Volví a correr está vez más rápido me tropezaba con el
balastro de la vía me daba igual, conecté el teléfono de socorro, primero pedí
servicios sanitarios urgentes en la siguiente estación de itinerario, explique
la situación de aquellos viajeros, en segundo lugar, dí la demora sufrida por
el tren y motivo.
El corazón me palpitaba, me había demorado unos diez minutos
en realizar toda está operación, una vez recuperada la marcha del tren, ya no
me acordaba de la sirena, ni de la despedida de ensueño.
Mí único objetivo era llegar a la próxima estación, así fue
conforme me acercaba divisé las sirenas de ambulancia del personal sanitario,
como los medios policiales
Una ligera sonrisa y alegría me desbordo, frene bruscamente tratando de situar el vagón
de coches cama, donde esperaban los servicios sanitarios.
Suspiré de alivio, aún me temblaba todo el cuerpo una vez
estacionado el convoy, baje de la locomotora, una de las bellas azafatas se acerco
hacía mi con una botella de agua fresca y lágrimas en los ojos, me abrazo y me
dio un beso, volví a temblar, qué pasó conteste. Está naciendo me comunico….
Reía de emoción y alegría, todos nosotros, cada uno hemos
logrado está maravilla de tener un viajero más..
Los sanitarios no tardaron mucho, menos aún tarde en oír, los
llantos de bebe, qué del departamento de coche cama procedían, había nacido una
hermosa niña…
Bajaron las enfermeras con el bebe, los sanitarios la
camilla con la exhausta madre, el padre al verme me abrazo y sólo me daba las
gracias.
¡Y ante
los dulces relámpagos de su mirada, el rocío de las lágrimas de pasión humedece
todos los párpados!
Todo esto
ha sido gracias a Dios, me pregunto como me llamaba respondí,
La llamaremos, María
José…
¡Se ha
cumplido nuestro destino; hemos seguido con toda fidelidad los renglones
escritos por la Suerte;
porque aquel para quien, la
Suerte escribió un renglón, no tiene más remedio que seguirlo!
El retraso más bello y emotivo, kilómetros de vida….