sábado, 4 de octubre de 2014

" Sol de Levante "





Caluroso día de verano en una encantadora ciudad costera, donde sus aguas exquisitas refrescaban el abrasador calor de sus conciudadanos, el placer de sumergirse en sus aguas cristalinas de color verde turquesa donde se refleja el alma.
 Finalizado el trayecto del recorrido, con el expreso “Sol de Levante” sin novedad ni demora alguna, estacioné en depósito la locomotora
Me dirigí al hotel donde éramos alojados el personal de conducción, no dude en cambiar el traje por las chanclas, bañador y por supuesto  mi camisa de seda blanca, mí libro de mi autor preferido;  y taxi por favor a la playa de San Juan.
En unos minutos estaba en esa maravillosa playa donde las bellezas tostándose al sol superaban al agua caprichosa, teniendo en cuenta la alta temperatura por esas latitudes.
 Una vez refrescado por las aguas cristalinas, me acerque al chiringuito que tenía por costumbre acudir, donde lo regía una belleza rubia y cuerpo de sirena.
¿ Hola moreno, otra vez por aquí ..?
¡ Hola preciosa contesté ¡ Una cerveza por favor-- quiero refrescarme, ya sabes, los sedientos se dirigen a tu encantador oasis donde tu belleza refresca toda alma sedienta, reímos a la vez, era su estimado cliente y ella mi adorable sirena
Así transcurrió el día entre baños de agua, raciones exquisitas y miradas de complicidad entre los dos, me dio una invitación para la disco de la noche.  ¡Lástima nena tengo regreso está misma noche con el expreso ¡
¿ Oh que pena exclamo ? No te preocupes nena volveré, otra vez las risas y una despedida de ensueño!
Una vez acoplada mi  locomotora de la serie 333 en la cabecera del convoy concluidas las pruebas de frenado, señales, y revisando el material remolcado,  el primer vagón era el de camas, seguido por literas, 1º clase, restaurante y 2º clase.
Viajeros que se dirigían al norte del país, la gran mayoría regresando de vacaciones y otros por diferentes motivos, éste expreso recorría una extensa geografía.
Vía libre, señal de salida abierta, toque de silbato del factor de circulación, al cual le respondí con otro más prolongado sobre todo para aquellos viajeros más despistados
Una vez santiguado como era de costumbre antes de cada inicio de viaje, y dar los primeros puntos de tracción para una salida suave pero progresiva
 Establecí la velocidad consigna de itinerario, está era de 120Km/h, todo transcurría con toda normalidad, el paso por las estaciones dejando  un  rastro de polvo como si pasaran diez mil caballos generosos, a galope tendido, los mismos caballos que disponía mi locomotora era papel mojado en realidad lo que tenía que remolcar, almas repletas de sueños y melancolías
Seguía concentrado en la conducción, también recordaba mi bella sirena.
Octavo punto de tracción, velocidad máxima observé el manómetro en el pupitre de conducción, freno del tren  5`5kg, disminuye de forma progresiva.
Solo podrían darse dos circunstancias, bien un  desacople de las mangueras de continuidad , o algún viajero desde cualquier departamento habría activado la alarma de emergencia.
Poco a poco freno el convoy, no podía recuperar la presión de aire, una vez detenidos en plena vía miré por el espejo lateral, observé al interventor en ruta haciendo señales  corriendo hacia la locomotora, algo y no muy bueno me debía de comunicar, mi primera  reacción fue coger el teléfono de socorro, ávidamente observe que había un poste de teléfono de socorro..
¿ Qué pasa exclame, quién fue el gracioso..?
--No, no, se enfade maquinista pronuncio,

Hay una señora embarazada rompiendo aguas y de parto….
Qué por Dios, De que me estás hablando… 
( En aquellos tiempos no existían móviles )  Has preguntado si hay algún médico, sanitario entre los viajeros, no hay nadie me respondió…… 
Tenía que ir al citado departamento para desbloquear la alarma y recuperar  presión de frenado, y  encontrarme mi primera escena, de un parto en mi vida, Dios mío…
Corrí hacía el departamento, en aquellos momentos era la máxima autoridad en plena vía, debía ser ágil y socorrer a la parturienta, en verdaderos apuros.
Me encontré la escena líquidos, sangre y gente alrededor, pregunté por su estado, y desalojar a los curiosos viajeros, viajaba en 2º clase

Ordené a las azafatas que la trasladaran al coche cama en el acto y que no le faltará sabanas, agua..
Volví a correr está vez más rápido me tropezaba con el balastro de la vía me daba igual, conecté el teléfono de socorro, primero pedí servicios sanitarios urgentes en la siguiente estación de itinerario, explique la situación de aquellos viajeros, en segundo lugar, dí la demora sufrida por el tren y motivo.
El corazón me palpitaba, me había demorado unos diez minutos en realizar toda está operación, una vez recuperada la marcha del tren, ya no me acordaba de la sirena, ni de la despedida de ensueño.
Mí único objetivo era llegar a la próxima estación, así fue conforme me acercaba divisé las sirenas de ambulancia del personal sanitario, como los medios policiales
Una ligera sonrisa y alegría me desbordo,  frene bruscamente tratando de situar el vagón de coches cama, donde esperaban los servicios sanitarios.
Suspiré de alivio, aún me temblaba todo el cuerpo una vez estacionado el convoy, baje de la locomotora, una de las bellas azafatas se acerco hacía mi con una botella de agua fresca y lágrimas en los ojos, me abrazo y me dio un beso, volví a temblar, qué pasó conteste. Está naciendo me comunico….
Reía de emoción y alegría, todos nosotros, cada uno hemos logrado está maravilla de tener un viajero más..
Los sanitarios no tardaron mucho, menos aún tarde en oír, los llantos de bebe, qué del departamento de coche cama procedían, había nacido una hermosa niña…
Bajaron las enfermeras con el bebe, los sanitarios la camilla con la exhausta madre, el padre al verme me abrazo y sólo me daba las gracias.
¡Y ante los dulces relámpagos de su mirada, el rocío de las lágrimas de pasión humedece todos los párpados!
Todo esto ha sido gracias a Dios, me pregunto como me llamaba respondí,
 La llamaremos, María José…
¡Se ha cumplido nuestro destino; hemos seguido con toda fidelidad los renglones escritos por la Suerte; porque aquel para quien, la Suerte escribió un renglón, no tiene más remedio que seguirlo!
El retraso más bello y emotivo,  kilómetros de vida….

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