sábado, 27 de diciembre de 2014

" CAUSALIDAD CAPRICHOSA "

 ¡La casualidad es tan caprichosa!
––Adiós.
––Hasta la vista... ¡Ah! Si os habla de mí, decidle de mi parte que pronto le haré saber que no soy tan viejo, ni estoy tan inútil como ella piensa.  ¿En qué estáis pensad que os sonreís de ese modo?
––Es cierto.. El hombre es un animal muy raro, que siempre tiende a lo que no tiene.
 Desde que recibí las órdenes no .pienso más que en luchas. Desde luego se conoce al entrar en vuestra habitación. Tenéis aquí armas de todas clases, capaces de satisfacer el gusto más delicado. Supongo que tiraréis tan diestramente como antes.
––Tanto como vos antiguamente, o tal vez más. No hago otra cosa en todo el día.
––¿Y con quién?
––Con un buen tirador que tenemos de maestro.
––¿Aquí?
––En un convento de jesuitas hay de todo.––¿Sois ambicioso? Sí.
––Pues, querido, os puedo proporcionar riquezas, poder y libertad para hacer cuanto se os antoje.
Una sombra tan rápida como la que ondula en el mes de agosto sobre los sembrados, anubló la frente; pero no dejó de observarla, a pesar de la prontitud con que se disipó.
––Hablad. Voy a dirigiros otra pregunta: ¿estáis metido en política?
Un resplandor repentino avivó los ojos, tan rápido como la sombra que había pasado por su frente; pero no tanto que no le viese.  Entonces os convendrán todas mis proposiciones, pueede ser.
––¿Habéis recordado algunas veces aquellos felices días de nuestra juventud que pasábamos riendo, bebiendo y batiéndonos?
––Sí, ciertamente, y más de una vez lo he echado de menos. ¡Qué tiempo aquel! ¡Dilectabile tempus!
––Pues, amigo, aquellos tiempos pueden renacer para nosotros. Tengo encargo de buscar a mis compañeros, y me ha parecido oportuno empezar por vos, que erais el alma de nuestra asociación.






––¡Volver yo a la política!  ¡Si vierais con qué orden y con qué comodidad vivo! Ya sabéis cuán ingratos han sido los grandes con nosotros; pero puede que los grandes se hayan arrepentido de su ingratitud.
––Eso sería otra cosa  Todo pecado merece perdón. Además de que en cierto modo tenéis razón, porque creo también que si alguna vez nos diese ganas de tomar cartas en los negocios de Estado, el mejor momento sería el actual.––¿Y cómo sabéis esto, vos que no os ocupáis en política? ––Porque sin ocuparme
personalmente, vivo en una región en que se atiende mucho a ella. Cultivando la poesía y haciendo el amor.
 ––He aquí, pues, mi primera opinión; mas como soy tan ignorante en estas materias, y como la humildad de que hago profesión me impone la ley de no atenerme a mi propio juicio.
Es un hombre insignificante, que sirvió y subió por intrigas; un personaje improvisado, sin nombre, que si hace carrera, será como hombre de partido. Amontonará escudos, malversará las rentas, cobrará para sí todas las pensiones y nunca gobernará por el derecho del más fuerte, del más grande o del más honrado. Parece, por otra parte, que el tal ministro no es lo que se llama un caballero, ni en su porte, ni en sus sentimientos, sino una especie de hbufón, un polichinela, un gracioso de sainete. ¿Le conocéis, acaso?
Me llena de orgullo, amigo querido, el haber coincidido, merced a mi vulgar penetración, con los pensamientos de la mayoria de personas.

 ––Ya veis, que aún conservo algo de mi antigua perspicacia.
Quizás haya hecho mal en hablaros con tanta franqueza.
––Es que he equivocado la palabra. No era eso, sino que viendo que las cosas se han embrollado cada vez más, dije: bueno será ver de qué lado sopla el viento,y emprender de nuevo la vida aventurera de otros tiempos. Entonces éramos hombres valientes, corazones estrechamente unidos; reunamos ,no los corazones, que jamás se han separado, sino los esfuerzos. Ahora se puede ganar algo más que un diamante
Nada tengo que ver con la política. Nunca abro el breviario, cuanto más se enreden las cosas menos ruido harán mis aventuras, y lo mejor de los dados es no jugarlos.
Estoy a tres leguas cortas de París, y como los caballos han descansado, en una hora me traslado allá.
En todo caso, si me necesitáis,me hallaréis  en el convento de los jesuitas: desde las seis de la mañana a las
ocho de la noche por la puerta, desde las ocho de la noche hasta las seis de la mañana por la ventana.
––Adiós, amigos.







viernes, 26 de diciembre de 2014

" VERDE REPARADOR "


Vio una casa espléndida, llena de personas graves y respetuosas, y en el centro de la cual se abría un esplendido patio, donde le introdujeron. Se encontró allí ante una asamblea nu­merosa compuesta de personajes que parecían honorables, y debían ser convidados de importancia. También encontró allí flores de todas es­pecies, perfumes de todas clases, con­fituras secas de todas calidades, go­losinas, pastas de almendras, frutas maravillosas y una cantidad prodi­giosa de bandejas cargadas con cor­deros asados y manjares suntuosos, y más bandejas cargadas con bebidas extraídas del zumo de las uvas.
El dueño de la casa le dijo que se apróximara, y le invitó a sentarse a su lado después de de­searle la bienvenida con acento muy amable: le sirvió de comer, ofrecién­dole lo más delicado, y lo más deli­cioso, y lo más hábilmente condi­mentado entre todos los manjares que cubrían las bandejas.

¡Sé bienvenido, y obra con toda li­bertad! ¡Bendiga el Señor tus días! Pe­ro, ¿puedes decirme tu nombre y profesión, ¡oh huésped mío!?” Y con­testó: “¡Oh señor! me llamo el reparador, y mi profesión consiste en transportar bultos sobre mi cabeza mediante un salario. Son­rió el dueño de la casa y le dijo: ¡Sabe, que tu nom­bre es igual que mi nombre...



 



¡Sabe también que si te rogué que vinieras aquí fue para oírte repetir las hermosas estrofas que cantabas cuando estabas sentado en el banco ahí fuera!
A estas palabras sonrio, y dijo:  ¡No me guardes rencor a causa da tan desconsiderada acción, ya que las penas, las fatigas y las miserias, que nada dejan en la mano, hacen descortés, necio e insolente al hom­bre!
 No te aver­güences de lo que cantaste, ni te turbes, porque en adelante serás mi hermano. ¡Sólo te ruego que te des prisa en cantar esas estrofas que es­cuché y me maravillaron mucho!

“¡Oh reparador! sabe que yo también tengo una historia asombrosa, y que me reservo el derecho de contarte a mi vez, Te explicaré, pues, todas las aventuras que me sucedieron y todas las pruebas que sufrí antes de llegar a esta felicidad y de habitar este pa­lacio. Y verás entonces a costa de cuán terribles y extraños trabajos, a costa de cuántas calamidades, de cuántas males y de cuántas desgra­cias iniciales adquirí esas riquezas en medio de las que me ves vivir en mi vejez. Porque sin duda ignoras los siete viajes extraordinarios que he realizado, y cómo cada cual de estos viajes constituye por sí solo una cosa tan prodigiosa, que úniaa­mente con pensar en ella queda uno sobrecogido y en el límite de todos los estupores. ¡Pero cuanto voy a contarte a ti y a todos mis honorables invitados, no me sucedió en suma, más que porque el Destino lo había dispuesto de antemano y porque toda cosa escrita debe acae­cer, sin que sea posible rehuirla, o evitarla!



¡Oh pasteles! ¡dulces, finos y subli­mes pasteles; enrollados con los dedos! ¡Vosotros sois la triaca, el antídoto de cualquier veneno! ¡Nada me gusta tan­to, y constituís mi única esperanza, toda mi pasión!


¡Si las piedras de la casa hubiesen sabido la visita de huésped tan encan­tador, se habrían alegrado en extremo, inclinándose ante la huella de tus pasos para anunciarse la buena nueva!
¡Y exclamarían en su lengua:  ¡Honor a las personas adornadas de grandeza y de generosidad!”
 



domingo, 21 de diciembre de 2014

" CERCA DEL TÚNEL "

Días de cuentos y cierta magia, fichas en castillos de muñecas, luces y deseos ohhh..¡¡
 Aún así bajaré a la más estricta humildad, tratando de pasar en puntillas, prefiero evadirme en el recuerdo sin intentar pasar por el futuro.
 El futuro está demasiado caro no hay quien lo compre .El presente es recomendable pasar página tan rápido que se pueda, igual que pasan los días ante las luces del faro de la Utopía.

¿ Hola ahí abajo ?
Allí abajo había aprendido una lengua, aunque sólo a leerla, haciéndose alguna idea aproximada de su
pronunciación, si es que a eso podía llamarse aprender lenguas. Había trabajado también en fracciones y decimales y probado un poco con el álgebra, pero era, igual que había sido de niño, bastante torpe para las cifras. Cuando estaba de servicio era necesario que permaneciera siempre en aquel canal de aire húmedo y no podía subir nunca hasta donde lucía el sol, por encima de aquellos elevados muros de piedra? Bueno, eso dependía de los momentos y las circunstancias. En ciertas ocasiones había menos movimiento en la vía que
en otras, y lo mismo podía decirse de ciertas horas del día y de la noche. Cuando el tiempo era bueno, elegía esos momentos para elevarse un poco por encima de las sombras inferiores, pero como en cualquier momento podían llamarle con la campana de la estación, y en esas ocasiones prestaba atención para escucharla con renovada ansiedad.
Una noche estaba sentado aquí, bajo la luz de la luna, cuando oí una voz que gritaba:  ¡Hola, ahí abajo!
Me levanté, miré desde la puerta y vi a ese Otro de pie junto a la luz roja que hay cerca del túnel.. La voz parecía áspera pero sin estridencias, y gritaba: ¡Cuidado! ¡Cuidado!» Cogí la lámpara, la puse en luz roja y corrí hacia la figura preguntándole que qué pasaba, qué había sucedido, dónde. Estaba ligeramente fuera del túnel. Avancé hasta acercarme tanto que pensé que iba a chocar con la manga de su brazo. Corrí hasta allí y ya había extendido mi mano Para apartarle el brazo cuando desapareció.
 


Telegrafié en ambas direcciones: «He recibido una alarma. ¿Hay algún problema?» Desde ambas llegó la misma respuesta: «Todo está bien».escuche por un momento el viento en este valle artificial mientras hablamos en voz tan baja, y el sonido que provocan los cables del telégrafo.
      Días después de la Aparición sucedió el conocido accidente de esta vía, no podía negar que se trataba de una coincidencia. Aunque debía admitir que los hombres con sentido común no tienen en cuenta esas coincidencias al analizar de manera ordinaria la vida. Pero es incuestionable que continuamente se producen notables coincidencias.

  Por eso no tengo ni paz ni descanso. Durante muchos minutos seguidos, y de una manera dolorosa, me grita: «¡cuidado ahí abajo!» Y sigue haciéndome señas. Hace que suene la campana..

-¿Sonó la campana ayer por la noche cuando yo estaba aquí y usted salió hasta la puerta?
-Por dos veces.
-Bien, ya veo que su imaginación le está desorientando. Yo tenía la vista fija en la campana, y los oídos bien abiertos a su sonido, y tan seguro como de que estoy vivo que NO sonó en esas ocasiones. No, ni en ningún otro momento, salvo dentro del curso natural de las cosas físicas, cuando la estación trata de comunicar con usted.
-¿Querría venir conmigo hasta la puerta y mirar ahora?
. Abrí la puerta y salí hasta el primer escalón, mientras permanecía en el umbral. Estaba allí la luz de peligro. También la boca tenebrosa del túnel. Los altos muros de piedra. Y por encima las estrellas
¿por qué no me dijo dónde iba a producirse ese accidente... si iba a producirse?
 ¿Por qué no me dijo cómo podía evitarse... si es que podía evitarse?
Por ello,dejando a un lado toda cuestión de realidad o irrealidad, cualquiera que cumpla plenamente con su deber tiene que hacerlo bien por fuerza, y que al menos tenga el consuelo de que entienda cuál es su deber, aunque no pueda entender aquellas apariciones.
.El hombre, vestido con un arrugado traje oscuro, se acercó al lugar que ocupaba anteriormente junto a la boca del túnel.
 A1 coger la curva del túnel, señor, le vi al final, como a través de unas gafas para ver de lejos. No tenía tiempo para reducir la velocidad, pero sabía que él era muy cuidadoso. Como no parecía prestar atención al silbato, dejé de pitar cuando nos alanzábamos sobre él y grité tan fuerte como pude.
-¡El de ahí abajo! ¡Cuidado! ¡Por Dios¡ Me sobresalté.
-¡Ay! Fue un momento terrible. ¡ Ay Señor !. No dejé de gritarle. Me llevé el brazo ante los ojos para no verlo y agite el otro hasta el final, pero no sirvió de nada.
Sin prolongar la narración en ninguna de las circunstancias más que en otra, antes de terminar debo sin embargo señalar la coincidencia de la advertencia del conductor de la máquina, no sólo incluía las palabras, sino también las palabras que yo mismo,  había asociado, gestos de mi propia mente.


   

viernes, 19 de diciembre de 2014

" DANZA NOCTURNA "

Era una muñeca, la muñeca de una niñita con pelo rubio y ojos verdes, adornada con lazos y cintas, de cara amable y ojos grandes, con sus pies de porcelana repiqueteando.Y los ojos parecieron endurecerse cuando tuvo la muñeca y sus labios se estiraron en una sonrisa cuando le acarició el pelo. Échate, pareció hundirse entre los cojines del sofá, el tafetán verde crujiendo y cediendo cuando tomó asiento a su lado y le echó los brazos al cuello. Vio que la muñeca resbalaba y casi caía al suelo, pero la mantuvo en el aire, con su cabeza echada hacia atrás, los ojos firmemente cerrados y los rizos acariciándole la cara .Temía el sonido de sus pasos en la alfombra; el sonido de las puertas cerrándose para dejarnos a solas con el odio que se levantaba entre los dos como un vapor asesino .Pero cuando levanté la mirada, estaba allí de pie, como transfigurada y perdida en sus propios pensamientos, todo el rencor y la amargura habían desaparecido de su cara, de modo que tenía la expresión en blanco de una muñeca. Todo lo que me has dicho es verdad —le dije—. Me merezco tu odio. Lo merecí desde el momento en que la tuve en mis brazos. Ella pareció ignorante de mi presencia y en los ojos tenía una tenue luz. Su belleza me hizo arder el alma de un modo que apenas lo pude soportar.
 



 —Sus ojos,serenos, se posaron en mí—. ¿No lo deseas hacer ahora?—¡Hacerlo ahora! —Le pasé un brazo por los hombros y la acerqué aún más—. ¿Estás loca? ¿Cómo me dices semejante cosa? ¡Si quiero hacerlo ahora!—Quiero que lo hagas —dijo ella—. Agáchate ahora tal como lo hiciste entonces, sácame
toda la pasión gota a gota, toda la que puedas con tu fuerza, empuja mi corazón hasta el límite.Soy pequeña; tú lo puedes hacer. No resistiré. Soy algo frágil que tú puedes aplastar como a una flor.—¿Estás hablando en serio? ¿Hablas en serio?
¿Morirías conmigo? —me preguntó con tono irónico y burlón—. ¿Morirías de verdad conmigo? —insistió—. ¿No comprendes lo que me está sucediendo?  Veo el poder en tus ojos. Veo tu sufrimiento, tu pena, el amor que no puedes ocultar. Da media vuelta, haré que me mires con esos ojos que lo desean; te haré escuchar.

—No, no, es una locura, es una brujería —dije, tratando de desafiarla—. Eres tú quien quiere todo ese amor.  ¡No lo haré! Oh, si ella pudiera haberme comprendido. Ni por un instante pude creer realmente en sus palabras, de ese distanciamiento que estaba más allá de la venganza, algo contra lo cual mi furia no era más que una burla, un intento vacío de oponerme a una voluntad tenaz. Y se me había encogido el corazón como si, al negarme ese amor que me había sostenido toda una vida, me hubiese dado un golpe mortal. El cuchillo estaba allí. Yo me moría por ella, me moría por ese amor tal como me habría muerto aquella primera noche en que me había entregado, la había hecho fijarse en mí y le había dicho mi nombre; ese amor que me había abrigado en el odio que sentía por mí mismo, que me había permitido existir...
La niña que había convertido en bailarina sufría. Su sufrimiento era igual al mío. Y di la bienvenida al silencio. En algún momento durante las pocas horas que quedaban de noche, me encontré ante la ventana abierta sintiendo la lenta bruma de la lluvia. Brillaba en las ramas de los helechos, sobre las dulces flores blancas que se inclinaban, se agachaban y por último quebraban sus tallos. Una alfombra de flores llenaba el pequeño balcón, con los pétalos suavemente golpeados por la lluvia .Quizá fue la noche, el cielo sin estrellas, las lámparas congeladas en la bruma lo que me daba un bienestar que no había solicitado.
"Tú eres la noche y únicamente la noche te comprende y te cubre con sus brazos". Uno con las sombras. Sin pesadillas. Una paz inexplicable



martes, 16 de diciembre de 2014

" FUEGO PASIONAL "

En general no se debe olvidar que la finalidad suprema de la razón de ser de los hombres y mujeres no reside en el mantenimiento de un Estado o de un gobierno; su misión es conservar la supervivencia Y si esta
misma se hallase en peligro de ser oprimida o hasta eliminada, la cuestión de la legalidad pasa a plano secundario. Entonces poco importará ya que el poder imperante aplique en su acción los mil veces llamados medios “legales”; el instinto siempre en grado superlativo, el empleo de todo recurso. El derecho humano priva sobre el derecho político.
Si un pueblo sucumbe en la lucha por los derechos del hombre, es porque al haber sido pesado en la balanza del destino resultó demasiado liviano para tener la suerte de seguir subsistiendo en el mundo terrenal. Porque quién no está dispuesto a luchar por su existencia o no se siente capaz de ello es que ya esta predestinado a desaparecer. La ausencia de la capacidad de distinguir caracteres humanos debía lógicamente conducir también a errores en la apreciación de la fuerza que encierran los movimientos de opinión así como las instituciones seculares.
Es una finalidad de enorme sentido práctico la que perseguía conquistar el corazón, y  la ciudad recibía los últimos impulsos de vida el cuerpo enfermo y envejecido de ya desfalleciente organismo del Estado. Cuanto más restablecía sus energías ese corazón, tanto más debía revivir el resto del cuerpo.
En principio, la idea era naturalmente justa pero no podía surtir efectos sino durante un tiempo determinado
.¿Y cómo destruir el parlamento?¿Entrando en él, para “minarlo por dentro”, como corrientemente se dice, o combatirlo por fuera, atacando la institución misma del parlamentarismo?
Para empeñar la lucha desde afuera contra un poder semejante, es preciso revestirse de coraje indomable y hallarse dispuesto a cualquier sacrificio



 El forum más amplio, de auditorio directo, no está en el hemiciclo de un parlamento. Hay que buscarlo en la asamblea pública, porque allí hay miles de gentes que se arremolinan con el exclusivo fin de escuchar lo que el orador ha de decirles, en tanto que en el plenario de una Cámara de diputados se reunen sólo unos pocos centenares de personas, congregadas allí, en su mayoría, para cobrar dietas y de ningún modo para dejarse iluminar por la sabiduría de uno u otro de los señores “representantes del pueblo”.
Los diputados pueden quedarse roncos de tanto hablar; su esfuerzo resulta estéril. Y en cuanto a la prensa, guarda un silencio de tumba o mutila los discursos hasta el punto de hacerlos incongruentes y llegando incluso a tergiversar, proporcionando así a la opinión pública una pésima sinopsis.
Más grave que todo esto es el hecho de que habían olvidado que para contar con el éxito, se debe recapacitar desde el primer momento que en su caso no podía tratarse de un nuevo partido, sino más bien de una nueva concepción ideológica. Únicamente algo análogo habría sido capaz de imprimir la energía interior necesaria para llevar a cabo esa lucha gigantesca.
Únicamente un huracán de pasiones ardientes puede cambiar el destino de los pueblos; más despertar pasión es sólo atributo de quien en sí mismo siente el fuego pasional.

sábado, 13 de diciembre de 2014

" LA FACULTAD "

Al principio, le había costado distinguir las toscas figuras en el débil rayo de luz de la linterna. Por eso fue mucho más fácil estudiar luego lo que el primer plano de la cámara reveló tan nítido.
Pero ella nunca olvidaría aquel primer día, cuando le había enseñado cada pequeña imagen de la secuencia; danzando bajo la lluvia que caía, en diminutas rayas, de un garabato de nube.
 Hechas prisioneras y en pie ante un tribunal de figuras severas;  huyendo. Y luego las viñetas ruinosas de las cuales nada se podía interpretar; y por fin una sola llorando y sus lágrimas cayendo como diminutas rayitas, como la lluvia, de unos ojos que también eran un par de rayitas negras.
Estaban esculpidas en la roca, con el pigmento añadido: naranja para el pelo, yeso blanco para las vestiduras, coloreado de verde para las plantas que crecían a su alrededor, y de azul para el cielo que cubría sus cabezas. Años habían pasado desde su creación en la oscuridad.
Y no menos antiguos eran los relieves casi idénticos en una gruta formada en una roca,situada a gran altitud en la ladera, de la otra parte del mundo



También había realizado aquel viaje con su padre, un año después, cruzando ríos y subiendo a través de las junglas. Con sus propios ojos había visto a las dos mismas mujeres en un estilo notablemente similar, aunque no el mismo .De nuevo en la pared lisa estaban las escenas de la mansa lluvia, en su alegre danza.
 Soldados caían sobre la ceremonia blandiendo las espadas, eran hechas prisioneras y lloraban. Y luego llegaba el tribunal hostil y la conocida huida. En otra imagen, borrosa pero aún discernible, sostenían, entre las dos, a un niño, un pequeño fardo con puntos por ojos y un escaso mechón de pelo rojo; luego, como
aparecían de nuevo soldados amenazadores, confiaban su tesoro a otros.

Era un tipo tosco, sin documentación. Pero, ¿qué importaba? La habían fechado, con los métodos más fiables, y allí había, sin error posible, en un lenguaje más reciente traducido del antiguo sumerio.

Sí, tan terriblemente significativo había parecido todo. Las bases para el trabajo de toda una vida, hasta que presentó su declaración .Se rieron de él. O no le hicieron caso. No era creíble. Lo relegaron a, la «facultad de los locos», junto a los que hablaban de antiguos astronautas, de la Atlántida y del reino perdido .¡Cuántas veces había expuesto muestras de los informes de los detallados estudios de las imágenes e incluso de las vestimentas blancas!. Otro hombre habría abandonado. Todas las universidades y fundaciones le habían vuelto la espalda.. Trabaja para ganarse el pan de cada día, y, por las noches, escribe a los museos de todo el mundo.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

" A. GRANDEIRA "

¿Quién es?, ¿de dónde ha venido?,
Aunque siempre trataba de pasar inadvertido. El personaje de pelo canoso y camisa azul, volvió a leer la declaración desde su cómoda posición en un rincón apartado de la vía. No le desagradaba el intrincado mural en tinta negra dibujado con gran habilidad, como telarañas en una blanca pared de yeso. Le divertía bastante el castillo en ruinas, el cementerio,el árbol seco arañando la luna llena. Era el tópico reventado, un gesto artístico que apreciaba invariablemente. También estaba bastante logrado el techo moldurado con su friso, y brujas montadas en escobas. Y el incienso, dulce: una mezcla india que él mismo había quemado una vez, años atrás.....
 Menos agradables eran las verdades ocultas, la masa desparramada en delgadas figuras blancas que pululaban alrededor de mentiras de caoba con una vela en el centro 








  Es agradable recibir alguna vez que otra algúna relevación . Las revelaciones que sorprenden tanto, por cuanto despiertan una conciencia engañada. Y lo más seguro es que los profesionales, pueden y deben relevar la declaración.
  Un fatídico error, una consiga A, recibida de limitación de velocidad y punto kilométrico. Una regla sagrada del código y reglamento de circulación (RGC)
   Aunque no existieran las señales provisionales de limitación de velocidad en el cantón de la vía, que deberian haber estado, aunque cambies de diversos sistemas de bloqueo en los itinerarios del trayecto algunos de los cambios inadecuados,por la brusca desaceleración, otros sin terminar de desarrollar en todo el recorrido.  Y la arrogada alta velocidad.
 Segasteis muchas vidas en la maldita curva, tu final, eres el único culpable. Yo mismo en cierto trayecto con el Expreso " Sol de Levante ". Rebase una limitación de velocidad [20Km/h ] a [120Km/h ]
Mí suerte, el haber estado la limitación en vía recta, y la experiencia en no actuar ningun sistema de freno.
Quién este libre de pecado que tire la primera piedra.


Pero la maldita curva, no te acuso sólo que rebasastes una limitación de velocidad sin más, y lo sabes
En otras épocas las limitaciones de velocidad a los maquinistas nos las daban bajo firma de recibí..

  Quizás no del todo, eres el culpable tal vez tú escasa formación de tres a seis meses a través del hampa sindical,, tras unas pruebas internas para el ascenso de categoría que te destornillabas de risa, ofertadas por la empresa culpable de tantas sonrisas perdidas, que dejaron de existir, otros aun están en el inmenso mar de lágrimas
   Pero siempre existe una razón, una diferencia.  No es lo mismo conductor de locomotoras, que maquinista de tren, obtenido por las promociones del extinguido Rgto de Mov y Prac de ff.ccc y por otro lado el Rgto de Zapadores de ff.cc. verdaderos héroes en la infraestructura ferroviaria, señalización y efectiva seguridad.
 Extinguidos solo por los intereses económicos  y sus diversas corruptelas gubernamentales y sindicales
   
  No es igual recibir una formación académica militar y a la vez ferroviaria durante tres años y mediante unas duras pruebas de acceso, parecidas a los admirados pilotos aéreos, la carrera de estos pilotos son cinco años obteniendo cargos de Oficiales de Ejército del Aire
 En cambio Maqunistas y Factores de Circulación obteníamos cargos  de Sub-Oficiales del Ejército de tierra. Después de finalizar tres años con exito, y toda la experiencía recibida por los cursos intensos recibidos de verdaderos profesionales genios de los sistemas de locomotoras, y sin duda el ( RGC ) era nuestra biblia que debiamos de memorizar desde la A; hasta la Z.
   Habían intereses que no les interesaba mantener dichos regimientos de ff.cc , menos aún el servicio garantizado y la experta seguridad a los sufridos viajeros por los miembros en escala del regimiento de ff.cc.. menos aún correr con los gastos de formación de tres largos años. Aunque traicionaran el único código existente para alcanzar el titulo de maqunista La tranquilidad del alma viajera, y sus sueños vivos, reflejos de paisajes, colores de vidas..
   Es amor, por lo menos así me permito describirlo, volar por los cielos, pilotar por la tierra y navegar por los océanos.
Corazones revolucionados, hormigueo en el estomago, quizás tienes que nacer con cierto sexto sentido
   Aquí os dejo unas antiguas verdades, tal vez el inicio de una declaración que un distinguido catedrático de derecho archivo.
   Miedos ignorados, disimuladas ordenes ensangrentadas, culpable inexperto, ángeles en los cielos, estrellas relucientes, velas apagadas..



¡Pero no pienses que te acuso lo más mínimo, ¡oh mi Señor! porque nunca haya gozado yo de tu largueza! ¡Eres grande, magnánimo y justo, y bien sé que juzgas con sabiduría!



 

   

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martes, 9 de diciembre de 2014

" EL REFUGIO "

No lo sé. Sólo sé que sabía que estábamos allí. Lo sabía antes de que hallásemos el refugio
Y ahora, apretar y empujar en la sala, y lo amaba, amaba el gentío arrastrándolos más y más hacia las puertas interiores. Ni siquiera podía levantar el brazo, de tan apretujados que estaban; no obstante, chicos y chicas conseguían adelantarlo a base de codazos, lo zarandeaban con sus choques deliciosos; volvió a reír al ver los póster de tamaño natural de él cubriendo las paredes.
Sintió unos dedos recorriendo su espalda; y sintió también un cambio repentino en el cuerpo. Más adelante, una mujer pelirroja había vuelto la cabeza y los miraba atentamente mientras se dirigía hacia la puerta abierta.
Una suave descarga eléctrica y cálida recorrió su cuerpo,  el pelo rojo ¡Tan igual al de las gemelas del sueño! Pareció que sus ojos verdes se hubieran clavado en él.
Luego ella se volvió; su rostro se esfumó y desapareció en el interior de la sala.
—No —susurró.  Leve balanceo de la cabeza. Tenía una furia silenciosa, podía notarla. Tenía la mirada rígida y vidriosa de cuando estaba profundamente ofendido ..Le vino a la cabeza de algún lugar de su reserva memorística; máscara animal. Voz antigua para hechicera. Pero ¿qué significa en realidad?
 Centelleo de profundo dolor en sus ojos. Pero ahora ya no tiene ninguna importancia.

 


 Conducía el coche él mismo, dando acelerones y abriéndose paso con el parachoques por entre los tiernecitos fans, a la par que flirteaba, hacía guiños, seducía ,como si él y su pie en el pedal de gas no estuvieran unidos. Alegría. Triunfo. Era lo que sentía y conocía en aquel momento. Y su reticente compañero, el de pelo oscuro, que iba en el coche junto a él, contemplando con timideza a los niños chillones como si fueran aves del paraíso, no comprendía lo que en realidad estaba sucediendo.
 Tampoco sabían que la pelirroja  había despertado. Ni nada acerca de sus sueños. Su ignorancia era asombrosa. Y sus mentes jóvenes eran tan transparentes...
Estaba ahora preparado para hacer frente a todo el mundo. Llevaba sus pensamientos y sus intenciones como una banda de honor. ¡Cazadnos! —Eso era lo que gritaba a sus fans, aunque no lo oyeran. Somos malvados. Somos perversos. Está muy bien que ahora cantéis y os divirtáis con nosotros. Pero cuando comprendáis bien, entonces el asunto empezará en serio. Y recordaréis que nunca os mentí
.¡Quiero ser bueno! ¡Moriría por serlo! Pero no hubo indicios de quién o de qué había recibido el mensaje., el observador, el paciente, estaba allí a causa del amor puro y simple. Se habían encontrado sólo la noche anterior en el refugio, y su reunión había sido una de las más extraordinarias.
Pero los temores y esperanzas de ambos respecto a la noche eran de una humanidad que rompía el corazón.
 Pero tampoco la mayoría de bebedores que había esparcidos entre la muchedumbre tenían conocimiento de aquellos simples hechos. Eran demasiado jóvenes para escuchar las advertencias de los viejos, para oír los gritos de los sentenciados a perecer. Los sueños de la pelirroja  sólo los habían confundido. Desde lugares diversos espiaban rebosantes de fervor. Lo destruirían o harían de él un dios. No se percataban del peligro que se cernía sobre ellos.


viernes, 5 de diciembre de 2014

" St. Michel "



Observando lo que va sucediendo, expectante... en ocasiones invadido por el miedo de saber si estoy recorriendo bien el camino, acompañado del miedo a estar en el camino adecuado... ¿qué hago con todo esto? NADA! seguir observando sin más objetivo... seguir caminando hacia un destino incierto, todo lo que es, es perfecto para mí en cada momento... y aunque en este momento es incómodo, me mantengo para poder ver...
Siempre nos podemos encontrar personas que no sepan o no puedan o no quieran esperar, bajo el pretexto, normalmente, de sus prisas. Siendo poco adecuadas, nos causan dolor, enfado e incomodidad....
Por mucho que la intensidad emocional te impulse a "enviarlas a tomar viento" y a pedirles que desaparezcan de tu vida.... espérate, espérate y espérate... ¿a qué? ni idea... tu espérate (haz lo que el otro no ha hecho)
Recuerda que todo lo que sube baja. Cuando la vida te haga subir no pierdas nunca de vista tus bases, aquello que realmente es importante, no lo temporal si no lo que nunca pasa, aquello o aquellos que siempre están contigo.
El éxito y el fracaso no se mide por tus logros si no por saber hacia dónde se dirigen tus logros y a quien benefician.
A mi cabeza vienen constantemente dos palabras…HUMILDAD y COHERENCIA. La humildad nos sirve para gestionar el ego y saber lo que realmente somos y no creernos lo que en un momento de ebullición podemos o nos gustaría creer que somos. Y la coherencia nos enmarca el camino para escucharnos y a través de ser auténticos, ser nosotros mismos, llegar a la auténtica meta…hacer mi vida sintiéndome en paz, sintiendo paz.




 ¡Te he estado buscando! ¡He venido a París a buscarte! —me obligué a pronunciar esas palabras y vi. que sus modales y su cuerpo recuperaban su auténtico ser, y extendió una mano como para pedir la mía, pero, de repente, me empujó hacia atrás haciéndome perder el equilibrio. Pude sentir la camisa empapada y pegada al cuerpo cuando me enderecé con una mano tiznada, porque me había apoyado en la pared húmeda.
Ojala pudiera describirte su fortaleza.
Pero algo en mi interior me dijo: "Muéstrale tu propio poder"  Le pegué a la noche, la noche vacía girando debajo de ese farol, y me quedé mirando a mi alrededor, solitario y hecho un perfecto idiota. Esto era una prueba de alguna clase, lo supe entonces, aunque conscientemente fijé mi atención en la calleja oscura, en el vacío de los portales, en cualquier sitio donde pudiera haberse escondido.
Hubiera dado el mundo para satisfacerla, el mundo que ahora poseíamos, que al mismo tiempo parecía vacío y eterno. No obstante, me sentía ofendido por sus palabras y sus ojos, y ninguna explicación —que me pasaban y pasaban por la cabeza, incluso en mis labios con susurros desesperados cuando dejé la rué St. Michel y entré más y más profundamente en las callejas más oscuras y antiguas del Barrio Latino, ninguna explicación parecía calmarme cuando imaginé su propia insatisfacción o mi propio tormento.
Por último dejé las palabras, excepto un cántico extraño. Estaba en el silencio negro de una calleja medieval, y ciegamente seguí sus bruscos giros, reconfortado por la altura de sus angostos edificios que parecían capaces de caerse en cualquier momento, cerrando la calleja bajo las estrellas indiferentes.

martes, 25 de noviembre de 2014

" ALMAS SIMPLES "



La mente no puede leer el futuro.
Cogerá tu historia, tu pasado, analizará la situación presente junto con los datos almacenados y formulará su hipótesis de lo que acontecerá. Limitando con ello las posibilidades a lo que ya ocurrió y arruinando la vivencia de la experiencia en su plenitud.
¿En serio quieres jugar a ese juego?
 La sociedad en la que vivo me indicó que en la vida debía ser alguien.
Hoy le agradezco a la vida que me enseñe que mientras sea alguien, nunca podré ser yo mismo.
 La libertad de gobernar nuestras propias vidas.
Al fin, pensé, hemos llegado a la raíz del asunto. El conflicto era esencialmente religioso, aunque adoptase numerosos disfraces.
El mes pasado  un centenar de obispos, cardenales y rabinos firmaron una declaración en apoyo de la política internacional.
Muchos jefes están ciegos. Han sido corrompidos por los superseñores. Cuando comprendan el peligro será demasiado tarde, La humanidad habrá perdido su iniciativa y será sólo una raza subyugada, si no lo es ya.
 Hay otra cuestión. Tenemos muchas quejas contra los superseñores, pero detestamos, sobre todas las cosas, esa manía de ocultarse.  
 ¡Y ni siquiera usted lo ha visto¡ ¿Puede sorprender acaso nuestra desconfianza?
 ¿A pesar de todo lo que ha hecho en favor de la humanidad?
 Es la nada más absoluta. No sé que nos ofende más, su omnipotencia, o esa vida secreta.
Si no tiene nada que ocultar ¿por qué no se muestra abiertamente?  No tienen nada que decir, nada por lo menos que nos pudiera convencer.
¡ Democracia !  ¡Tonterías ¡
En eso ya hemos estado de acuerdo otras veces. Podemos discutir incansablemente y siempre llegamos al mismo punto: ¿por qué no se muestra en público?  Mientras no se decida a hacerlo yo seguiré elaborando mis teorías.  Espero, que en una noche oscura un periodista llegue en un cohete y entre por la puerta de atrás con una cámara fotográfica. ¡Qué primicia sería!
 Los superseñores no tratan nunca separadamente con Estados o gobiernos. Han tomado la organización de las Naciones Unidas tal como la habían encontrado al llegar, dando sus instrucciones para instalar el indispensable equipo de radio, y comunicado sus órdenes por boca del secretario de la organización.
 




Es asombroso que tantos abusos, locuras y maldades pudiesen ser borradas
totalmente por esos mensajes del cielo. Con la llegada de los superseñores las naciones saben que ya no tienen por qué temerse unas a otras, que las armas existentes son inútiles ante una civilización capaz de tender un puente estelar. De modo que el mayor y único obstáculo para la felicidad de los hombres es anulado. Siguen funcionando las democracias, las monarquías, las dictaduras benévolas, el comunismo y el capitalismo. Muchas almas simples, que están convencidas de que la suya es la única forma posible de vida. Están dejando pasar el tiempo para introducir luego un sistema que borrara todos los otros sistemas sociales, y que por la misma razón no se molestan en hacer reformas políticas sin importancia. Pero ésta como todas las otras especulaciones sobre aquellos seres son meras hipótesis. Nadie conoce Nadie conocerá los motivos, y nadie sabe hacia qué futuro están arreando a la humanidad.
Es posible, también, que estoy comenzando a identificarme con los superseñores, y desinteresándome de la humanidad.
Ésta es otra de esas noches inquietas en las que el cerebro me da vueltas como una máquina abandonada por su operario. Sé que es inútil tratar de conciliar el sueño he llegado a una posición en la que ningún bien personal, ni ninguna ceremonia, pueden añadir algo, bueno si añadiré que la gente comienzan acostumbrarse al imperceptible gobierno, también  a sentir impaciencia por saber quién les gobernara.
¿ Y de le qué puedan acusarles ?

sábado, 22 de noviembre de 2014

" LA MANO SIN PENSARLO "



Ella no lloró. Durante un momento, no hizo nada. Recordó la cueva de Palestina, la linterna. Probablemente, llegaría en algún momento de la noche. Todo aquel viaje...
Bueno, le daría el papel, si le servía, y le contaría las cosas que me habían dicho…
¿Como qué?
 ¿Como una boda o algo por el estilo?
Carcajadas de ambos.
—No exactamente, ¡más bien como un funeral!
Están haciendo demasiado ruido, que tienen todas esas leyes y que están difundiendo por todas partes que van a cargarse al pueblo, todos ven televisión y leen sus libros como si fuera la Biblia. Se sirven del lenguaje que utilizan, como Don Oscuro. Te digo que es lo más estúpido que he visto en mi vida, querer quemarlo en la hoguera y usar las cenizas para pinturas silvestres. Nunca lo conseguirán.  No hay manera.

—Hostias, pues van al mismo lugar que nosotros, pero nosotros vamos para alistarnos con todo si nos quieren.
Había intentado leer sus libros, (la historia completa de los tíos Mandatarios, desde los tiempos más antiguos y todo el rollo), pero habían demasiadas palabras largas y me dormía. Decían que sólo con que consiguiese engancharme me encontraría el gusto y podría leerlo realmente rápido. Ellos siempre llevan ejemplares consigo, y también del primero, cuyo título no puedo recordar nunca correctamente. A veces,  lo leo en voz alta, pero no puedo seguir caigo en profundo sopor y concierto de ronquidos. Lo saben todo, los viejos europeos. Saben cómo empezó, saben cómo podemos continuar y continuar si aún estamos por aquí, y llegar a vivir años y convertirnos en mármol.
—Joder! Esto es cojonudo. ¿No tenemos bastante con no poder andar por un Seven Eleven sin que bajo sus luces la gente se te quede mirando?
 Tú ya no necesitas nada más del Seven Eleven, respondió con una calma absoluta, pero con toda la razón del mundo.
Una vez, una persona de la gran ciudad dijo a su madre que lo que hacía era realmente arte popular. «Se están riendo de ti» ¿No te enteras? ¿Acaso compró o veo alguno de tus horrores?
 ¿Sabes lo que me parecen esas cosas que hacen? Te voy a decir lo que me parecen. ¡Parecen grandes mentiras de almacén de baratijas!
No discutir. Sólo ofrecer la otra mejilla.

BIENVENIDOS A GIN CITY.
DAMOS LA MANO SIN PENSARLO.
 





 En la luz de la vela, juntos, ella misma había quemado el incienso, había colocado ante ellos las flores; había jurado no revelar nunca el lugar del santuario a menos que otros  llegaran para destruirnos para robar a los que tenía a su cargo y atracarse con glotonería  original y poderosa.
Pero de aquello hacía mucho tiempo, cuando el mundo estaba dividido en tribus e imperios ,cuando héroes y emperadores eran divinizados en un día, había tomado afición a las elegantes ideas filosóficas.
Ahora sabía qué significaba vivir. Díselo a la montaña, la luz de la luna reflejada en la nieve la cegó un momento y ella levantó los ojos a las estrellas, que parpadeaban a través de una delgada capa de nubes pasajeras. Escuchó, para intentar oír otras voces que no escuchaban.  Pero no oyó ninguna transmisión clara y vital, sólo un leve palpitar, a mucha distancia, a sus espaldas, elevándose de la oscura colmena.

jueves, 20 de noviembre de 2014

" DESFILE DE BRILLANTES "



No eres responsable de haber estado perdido, pero sí lo eres de no trabajarte para encontrarte ahora. No eres responsable de haber sido herido, pero sí lo eres de no trabajarte para sanar ahora. No eres responsable de lo que te pasó de niño, pero sí lo eres de no trabajarte para integrarlo ahora. Inicia tu proceso de sanación, responsabilizarte de quién eres ahora. Leva anclas, abandona las quejas, zarpa del pasado.
 Es fácil seguir tus instintos y hacer lo que quieres, cuando vas al unísono de la gente que te rodea, del ambiente en el que te mueves. Lo difícil es ser tu mism@, seguir tus instintos y hacer lo que quieres, aunque esto signifique ir a contracorriente. Es en estos momentos, donde puedes percibir la presión externa y la interna con sus deberías, justificaciohnes, etc..



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La gran aventura de nuestras vidas.. ¿Qué es "el fin del mundo" salvo una frase?;
porque ¿quién sabe siquiera lo que es el mundo? Yo ya he vivido, he visto las ilusiones de uno hechas trizas por otro, he sido eternamente joven, carente de ilusiones, viviendo de momento a momento de una manera que me hizo imaginar un reloj de plata repiqueteando en el vacío; con la superficie pintada, las manecillas delicadamente talladas sin que nadie las mirara, iluminado por una luz que no era luz, como la luz con la que Dios creó al mundo antes de que creara la luz. Latiendo, latiendo, latiendo, con la precisión del reloj, en una habitación tan vasta como el universo.
 De repente sentí el deseo de estar en el cuarto, escuchando el sonido de las voces de las mujeres, que suben y bajan con los Aves, el ruido de los rosarios, el sonido de las velas de cera. Pude recordar las lamentaciones. Era algo palpable, como si fuera ayer, detrás de una puerta. Me vi.caminando rápido por un corredor y abriendo suavemente la puerta.
La gran fachada de la catedral se levantó en una enorme masa oscura del otro lado de la plaza, pero las puertas estaban abiertas y adentro pude ver una luz suave, trémula. Era la tarde del sábado y la gente iba a la confesión para la misa del domingo. Las velas ardían en los candelabros. Al final de la nave, el altar se elevaba entre las sombras cubierto de flores blancas.
No tenía miedo. En todo caso, deseaba que pasara algo, que esas piedras temblaran cuando yo cruzara el atrio en sombras y viera el distante tabernáculo en el altar. Recordé que había pasado en una ocasión cuando las vidrieras estaban radiantes y los cánticos resonaban. Entonces había vacilado, preguntándome si había algún secreto que no me hubiesen revelado. Sentí ganas de entrar, pero había rechazado la idea, deshaciéndome de la fascinación de las puertas abiertas, la multitud de gente haciendo una sola voz.
 Ahora no sentí miedo," en todo caso sentí ganas de tener algún temor, de encontrar alguna razón para tener miedo cuando avanzaba lentamente a lo largo de los altos muros ensombrecidos. Hacía frío y estaba húmedo pese al verano.
 "Oye y ve", me dije a mí mismo. Y con este acto de voluntad, mis sentidos emergieron del tormento. A mi alrededor, en la penumbra, oí el susurro de las oraciones, el leve repiqueteo de los rosarios; el suave gemido de la mujer que se hincó en la duodécima estación.
 De improviso me puse a buscar esa muñeca en el recuerdo, del modo absurdo y frenético de quien busca algo en una pesadilla, llegando a puertas que no se abren o cajones que no se cierran, sin saber por qué su esfuerzo. Palpaba en la oscuridad nada excepto las húmedas paredes de ladrillo.

 ¡ Por qué la súbita visión de una silla con un mantón encima me inspira ¡

lunes, 17 de noviembre de 2014

" BLANCAS ESTANCIAS "



Me hallaba en la cima de la colina, bajo el claro de luna, e intentaba no ver aquel paraíso. Intentaba imaginarme a los que amaba. ¿Estarían reunidos aún en el bosque de cuento de hadas, en el bosque de árboles monstruosos donde yo había visto rondar a mi madre? ¡Si pudiera ver sus caras, oír sus voces!
¡Ayúdame! ¡Ayúdanos a todos! No me rindo, pero me doy cuenta de que estoy perdiendo .Estoy perdiendo mi mente y mi alma. Mi corazón, ya no lo tengo.
Pero estaban más allá de mi alcance; una gran extensión de kilómetros nos separaba; no tenía el poder de salvar tal distancia. En lugar de ello, contemplé aquellas colinas verdosas, salpicadas de pequeñas granjas, una imagen del mundo de ilustración de libro, con flores creciendo en profusión, con las rojas poinsettias elevadas como árboles. Y las nubes, siempre cambiantes, zallando como altos veleros con viento en popa.
 ¿Qué pensaron los europeos al ver por primera vez aquella tierra fecunda rodeada por el mar centelleante?
Y pensar que los europeos habían llevado allí la muerte, provocando la desaparición de los nativos en pocos años, destruidos por la esclavitud, por las enfermedades y las crueldades sin fin. No queda ni un sólo descendiente de sangre de aquellos seres pacíficos que habían respirado aquel aire balsámico, que habían recogido los frutos de los árboles que maduraban todo el año, y que quizá habían creído que sus visitantes eran dioses que no podrían sino devolverles su amabilidad.
Ahora, a lo lejos, en las calles, tumultos y muerte se desatan, y no por causa nuestra. La historia invariable de este lugar sangriento, donde la violencia ha florecido durante  años como florecen las flores; y eso a pesar de que el espectáculo de las colinas surgiendo a través de la niebla podía romper el corazón.
Pero nosotros habíamos llevado a cabo a la perfección nuestro trabajo (ella, porque era la autora, y yo, porque no hice nada para detenerla), nuestra tarea en los pequeños pueblos desparramados a lo largo de la sinuosa carretera que conduce a esta cima boscosa. Pueblos de diminutas casas pintadas de colores pastel y bananos silvestres.



 Aún  las mujeres cantaban, a la luz de las velas. Estábamos solos. Mucho más allá del final de la estrecha carretera, donde el bosque crece de nuevo, ocultando las ruinas de una antigua mansión que un tiempo había presidido el valle como si de un castillo se tratara. Hacía siglos que los colonos la habían abandonado, siglos que habían danzado, cantado y bebido su propio vino en el interior de aquellas estancias (que ahora se desmoronaban) mientras los esclavos lloraban.
La buganvilla, fluorescente bajo la luz del claro de luna, trepaba por las paredes de ladrillo .Un gran árbol había brotado de entre las baldosas del suelo, y ahora, cargado de capullos blancos, empujaba con sus nudosas ramas los últimos restos de vigas que un tiempo habían sostenido el tejado.
Ah, quedarse allí para siempre, y con ella. Y olvidar el resto. Sin muerte, sin matanza.
Quizá quise creer que era una diosa; hasta que despertó. Hasta que me habló .Hasta que sonrió. Otra vez estaba como ausente, se alejó, lentamente, indecisa; salió a la terraza y miró hacia la playa. Qué manera más informal de moverse
.¡ Los antiguos habían apoyado los codos en las balaustradas del mismo modo!

sábado, 15 de noviembre de 2014

" MENTIRAS DELIRANTES "



Yo no conocía el idioma, pero comprendí la palabra
¡Osas venir a mi templo!   Y otra vez el idioma se me escapó, pero el significado me quedó por telepatía. Has descarriado a estos desesperados inocentes; tú, quien se ha cebado con sus vidas como una sanguijuela a punto de reventar.
¿Qué derecho tienes a condenar mi culto?
¿qué derecho tienes, tú, que has permanecido sentada y callada en tu trono desde la aurora de los tiempos?
—Los tiempos no empezaron contigo. Yo ya era vieja cuando tú naciste. Y ahora me he levantado para reinar, tal como era mi destino.  Eres mi primer y gran mártir.
Temblé. Me hice temblar. ¡Tenía que comprender aquel hechizo! Era un truco del poder, algo definible y mensurable, pero permanecía drogado por la contemplación de ella, por los himnos, por el suave envolvimiento de aquella sensación: todo está bien, todo es como debería ser.
Desde los recovecos soleados de mi mente, me vino a la memoria un día (un día como muchos otros antes ) un día del mes de mayo, en nuestro pueblo, el día en que habíamos coronado una estatua de la Virgen entre los campos de flores de suave fragancia, en que habíamos cantado exquisitos himnos. Ah, el encanto de aquel momento, cuando habían levantado la corona de azucenas blancas a la cabeza de la Virgen, cubierta con un velo. Por la noche había regresado a casa cantando aquellos himnos. En un viejo libro de plegarias encontré una imagen de la Virgen, y me llenó de encanto y de maravilloso fervor religioso, como el que sentía ahora, desde algún lugar en lo más profundo de mí, donde el sol no había penetrado nunca.
El viento arreciaba con violencia a lo largo del valle; arriba, en la montaña ,la campana del templo taño con otro repique apagado.
Había empezado a nevar, al principio con suavidad, después intensamente, la sensación de bienestar se había disipado, y todos los aspectos crudos del momento estaban de nuevo claros, eran ineludibles.  Innegables demostraciones de poder, trastornador , sobrecogedor.
Luego un dulce y leve sonido rompió el silencio; cosas que se hacían añicos arriba en el templo; cosas cayendo, rompiéndose.
Me volví y la miré. Continuaba en el pequeño promontorio, con la capa suelta en sus hombros, su piel tan blanca como la nieve que caía.
El campanario se estremeció; un estruendo estrepitoso hizo eco en los desfiladeros más alejados; y las piedras se derrumbaron, el campanario se desmoronó. Cayó hacia el valle, y la campana, con un repique final, desapareció en el blando abismo blanco.



Yo era consciente de que mi cuerpo no tenía frío a pesar de la nieve. Que no estaba cansado por el esfuerzo. Ciertamente mi piel estaba más blanca que nunca. Y mis pulmones tomaban el aire con tanta eficacia que no podía oír siquiera mi propia respiración; incluso mi corazón marchaba con más suavidad, con más regularidad. Sólo mi alma estaba magullada y dolorida.
Sentí sus manos en mis hombros.
De súbito eché a temblar de miedo. Temblaba. Por primera vez supe lo que significaba de verdad aquella palabra. Intenté decir algo más, pero tan sólo tartamudeé. Finalmente exploté: respondió, con su leve sonrisa, tan hermosa como siempre. ¡Yo soy la razón, yo soy la justificación, yo soy el bien !
Su voz tuvo una frialdad colérica, pero su expresión vacía y dulce no había cambiado Ahora escúchame, hermoso mío —prosiguió—. Yo te quiero. Me has despertado de mi largo letargo ,me has despertado para mi gran objetivo; me produce alegría simplemente mirarte, ver la luz en tus ojos azules, escuchar el timbre de tu voz.  Pero pongo a las estrellas por testigo que tú me vas a ayudar en esta misión.  ¡Enviar a esas almas ignorantes a predicar por el mundo mentiras delirantes!